El valor de un traje "Hecho a tu medida"

El traje es el emblema de máxima distinción en el armario masculino. Lucir elegante a veces puede resultar complicado. Hay ciertas pautas básicas a seguir y un traje hecho a la medida resulta esencial. Este tipo de confección es exclusiva y personalizada. El cliente puede elegir los detalles: botones, ojales o pespuntes. Augusto Fontenla, maestro de la sastrería limeña, se ha hecho a sí mismo gracias al esfuerzo, constancia y conocimientos que ha ido adquiriendo a lo largo del tiempo.

La confección importa. La selección de tejidos, el patronaje, la sastrería artesanal o la calidad de la tela son algunas de las palabras que definen que una prenda esté elaborada de una manera u otra. Augusto Fontenla, adquirió la pasión por la moda y la sastrería cuando apenas tenía 18 años. Tradición y persistencia han sido constantes a lo largo de su vida. "Empecé en Negocios Textiles a los 18 años. Yo era quien repartía los muestrarios de tela en Lima y es cuando empiezo a conocer a los sastres", comenta. "Hablaba con ellos, los observaba y me gustaba mucho la delicadeza de su profesión, que reunía todas las cualidades de un buen servicio", continúa. "Yo veía cómo tomaban las medidas a los clientes, confeccionaban el traje, les hacían una prueba final y entregaban un producto único y de satisfacción total".

Hoy día son muchas las personas que quieren vestir de sastre, incluidos los jóvenes quienes a través de Internet pueden ver la variedad de tejidos, colores y detalles que ofrece "Trajes Fontenla". "Ellos ya nos conocen gracias a la tecnología y a las redes sociales", explica Augusto. "Llegan a la tienda con una idea y modelo concreto. Muchas veces el traje que llevan en mente no se ajusta con su cuerpo, por eso nosotros les asesoramos para que les quede perfecto y se vea igual, pero en otra escala. La intención es que el cliente no solo se vea, sino que se sienta bien y que le guste el resultado final", puntualiza.

Corte perfecto y tejido exclusivo. La SUPER 120´S de Barrington es una tela versátil que nos ofrece múltiples beneficios: durabilidad, comodidad, buena caída, ligero brillo, además de variedad de colores y de diseños. "Para mi, personalmente es maravillosa, es mi favorita. Es una tela versátil, ya que por el rizado de su fibra resulta ser fresca en verano y también bien cálida para el invierno. Barrington trabaja solo lanas de primera y sus tejidos se adaptan a cualquier clima", declara. Los jóvenes son los que más la buscan por ser ligera. ¡Además, tiene un brillo que hace voltear a cualquiera!", exclama. "Es muy querida entre los clientes porque los diseños están a la altura de los mercados internacionales", señala. Para mi, personalmente, la SUPER 120´S es maravillosa, es mi favorita. Es una tela versátil, ya que por el rizado de su fibra resulta ser fresca en verano y también bien cálida para el invierno. Es muy querida entre los clientes porque los diseños están a la altura de los mercados internacionales.

 

Los tiempos están cambiando, pero el traje sigue siendo uno de los pilares fundamentales sobre el que el hombre moderno construye su armario. "Un traje hecho a la medida se ve mucho más elegante porque está ajustado exactamente al cuerpo de quien lo lleva", explica Fontenla. "Es casi como una extensión de ti mismo, yo creo que es algo que todo caballero debería experimentar. No se compara a un traje comprado en lo absoluto . El traje hecho a la medida se ajusta al gusto exigente de nuestros clientes más exclusivos. Procuramos innovar en los diseños y aplicaciones. Una vez que un cliente encuentra un traje hecho especialmente para su cuerpo, volverá a hacerse otro", sentencia.

La sastrería es admirada y va muy unida a la forma de vida de la ciudad. Augusto Fontenla se define por la pasión, por el asesoramiento y por la escucha. "Damos el tiempo necesario a cada persona para que vea todas las opciones disponibles que tenemos y así poder ofrecer siempre el mejor servicio". Con más de 40 años en el rubro, se siente feliz y orgulloso de haber vestido a personas de renombre en el país. "Lo que más me gusta es mirar al cliente, escucharlo y preguntarle sobre el uso que le va a dar a la prenda. Cuando me ha explicado su requerimiento, es el momento de darle las opciones que mejor le sientan", afirma. "Me gusta que mis clientes estén contentos y luzcan con orgullo mis trajes, porque cualquier prenda que hacemos es exclusiva y de calidad, tanto por la tela como por el personal con el que trabajo".