Puntadas de calidad

La moda responde a tres deseos: originalidad, autenticidad y exclusividad. No hay nada mejor que una prenda a medida para hacer único a quien la lleva. Por este motivo, la figura del sastre es esencial en un mundo donde la crisis del trabajo artesanal constituye una de las consecuencias más importante de la era moderna. En Lima, siguen existiendo grandes maestros artesanos como José Arbildo que nos ofrecen una compra pausada, personalizada y de calidad según los gustos de cada cliente.

La sastrería artesanal es un oficio tradicional cuyos conocimientos han ido pasando de generación en generación. José Arbildo, oriundo de Amazonas, desempeña esta labor desde hace más de tres décadas. Su pasión por la costura y el diseño lo ha llevado a vestir a reconocidas figuras del país, ofreciéndoles la experiencia más exclusiva que existe en el mundo de la moda masculina.

José Arbildo nos recibe en la Sastrería Arbildo en pleno corazón de Miraflores. Recuerda sus primeros años en la capital. "Comencé en la sastrería cuando tenía 17 años. Decidí dejar Amazonas y venir a Lima. Cuando llegué a pedir trabajo me lo dieron y me quedé laborando en una sastrería donde atendíamos a personajes importantes. Desde muy joven, siempre me ha gustado sentir la suavidad y la calidad de las telas", comenta.

En el mundo de la confección artesanal no hay un perfil definido, es el mismo cliente quien busca la personalización del producto, en este caso el traje. "Cuando conversamos con los clientes, ellos nos dan detalles de lo que buscan. A partir de allí, nosotros le ofrecemos un catálogo de alternativas. Aquí trabajamos con inspiración de revistas italianas. Además", continúa "tengo la suerte de viajar a Italia y conocer sus tendencias".

En la sastrería, lo más importante es la tela, las medidas, el corte y la costura. Estas reglas son básicas para confeccionar una prenda adecuada, aunque lo más elemental es la experiencia y tener buen ojo. "Cuando viene un cliente, desde el comienzo nos fijamos en sus características físicas (caída de hombros, altura, ancho, etc.) y observamos su estilo. Dependiendo de su perfil, lo asesoramos de una u otra forma para que la prenda le estilice", explica Arbildo. Es por este motivo de personalización y atención que muchos clientes prefieren la sastrería artesanal a la industrial. "Comprar un saco que está hecho en serie, en cantidad, que nunca te tomaron medida, no te va a quedar bien. En cambio, cuando se elabora un terno a la medida, la calidad está garantizada. Si quieres lucir bien debes adoptar esta opción", asegura José.

A la hora de elegir un traje por primera vez es muy importante conocer cuál es la razón del cliente. Las personas que van al sastre tienen entre 40 y 50 años, con unos criterios estéticos clásicos, aunque las características varían entre si se quiere un traje para diario o algo más exclusivo. "El primer paso es conocer los motivos que le llevan a pedir un traje, después escogemos la tela, se toman las medidas, se personaliza la prenda y, por último, se hacen las pruebas", expone José. "En nuestra sastrería siempre usamos telas Barrington, es el gran aliado. Sus telas tienen muy buena caída y se puede trabajar de manera excelente. A parte, han ganado popularidad entre nuestros clientes".

José Arbildo está feliz. Ha vestido a grandes personajes del país como a al presidente Fernando Belaúnde Terry, al secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, al presidente Alan García (durante su primer gobierno), y al presidente Ollanta Humala, entre otros. "Me conocen como el sastre de los presidentes", dice entre risas. Lo que más le satisface es que sus cliente se vayan contentos, "que me digan: "Muchas gracias, señor Arbildo, me quedó muy bien". Eso me hace grande, feliz. Un cliente bien atendido siempre va a recomendar mi trabajo a sus amistades. La mejor publicidad es el boca a boca y, en definitiva, esto es lo que queremos".

En la sastrería se cuida mucho el material, el hilo, la calidad que le damos al acabado. El buen planchado final es fundamental para que la prenda se vea bien.

José Arbildo - Sastrería Arbildo